La Medicina Interna es una especialidad médica que se dedica a la atención integral del adulto enfermo, enfocada al diagnóstico y el tratamiento no quirúrgico de las enfermedades que afectan a sus órganos y sistemas internos, así como a su prevención.
El médico internista está entrenado especialmente en resolver problemas diagnósticos de alta complejidad, así como el manejo de pacientes con enfermedades agudas y crónicas graves, enfermedades indiferenciadas y multisistémicas.
Su entrenamiento hospitalario los hace expertos en el cuidado de pacientes hospitalizados independientemente de la enfermedad de base. Está preparado para el manejo de situaciones graves y proporcionar manejo médico de cuidados intensivos.
En el paciente ambulatorio (consulta externa) su entrenamiento le permite diagnosticar y tratar las enfermedades más comunes del adulto, así como diagnosticar y tratar de manera inicial enfermedades de baja incidencia o “raras”, con énfasis en la prevención, control de enfermedades crónicas y prevención de sus complicaciones, manejo del riesgo cardiovascular, manejo de falla orgánicas crónicas.
La valoración preoperatoria de los pacientes que serán sometidos a cirugía es otro campo de la medicina interna, en la cual el medico internista determina los riesgos perioperatorios del paciente y las estrategias para disminuirlo, así como del manejo de sus comorbilidades en este periodo.