El embarazo es una etapa natural y saludable en la vida de la mujer y durante ella debe llevarse una vida normal y continuar con unos hábitos sanos. En verano, no obstante, hay que tener en cuenta especialmente aspectos como las altas temperaturas, la dieta o la intensa radiación solar, por lo que es recomendable seguir una serie de sencillas pautas para poder disfrutar plenamente de esta época del año durante la gestación.
Lo más importante es la hidratación, evitar el sol intenso, llevar ropa holgada y suave y tomar saludables baños en el mar o en la alberca. Y es que en esta época es recomendable, a cualquier edad y en cualquier estado, beber agua y evitar exponerse
al sol deliberadamente.
Estas medidas son más importantes si son durante el embarazo, ya que el calor afecta a las embarazadas especialmente, por lo que hay que hidratarse mucho y evitar las altas temperaturas, es de suma importancia evitar el calor extremo, ya que es esencial que la gestante ingiera bebidas de fruta fresca ya que aportan vitaminas y minerales así como líquidos para hidratar.
Si bien es recomendable para todo el mundo seguir una alimentación sana y equilibrada, en el caso de las gestantes esto se intensifica y más durante los meses de verano. Durante el embarazo aumenta la necesidad de hierro, proteínas y calcio. Por lo que suele ser necesario un suplemento de vitaminas, hierro y calcio, especialmente a partir del segundo trimestre, porque con el embarazo aumentan las necesidades y no siempre es suficiente lo que aporta la dieta.
La solución no es “comer por dos”, como se dice coloquialmente, sino llevar una dieta sana y nutritiva y que contenga una variedad de alimentos y en la que se eviten las grasas, las frituras, carne cruda, embutidos, dulces, el picante o los refrescos. En general una alimentación fácil de digerir y poco pesada.
Respecto a la actividad física, excepto por prescripción médica, debe seguirse con la actividad habitual, pero sin olvidar que en el vientre materno se está gestando una nueva vida, por lo que no deben realizarse ejercicios bruscos o de gran intensidad para el cuerpo. Deben evitarse los deportes de competición intensos, violentos e incómodos. En cambio, son aconsejables los paseos diarios y la natación.
Hay que tomar diferentes posturas para evitar la retención de líquidos en las extremidades inferiores, como poner los pies en alto y evitar estar de pie sin moverse, se recomienda caminar y si estas en la playa, los paseos por la orilla, pero siempre evitando las horas de máximo calor.
Durante la exposición al sol debe usarse la protección adecuada y evitar las horas de más fuerza solar y mantenerse la piel hidratada con la crema habitual. Las embarazadas tienen tendencia a la hiperpigmentación, por lo que el uso de cremas solares es muy importante para evitar manchas.
En el caso de viajes largos en avión siempre deben estar supervisados por un médico, incluso algunas compañías aéreas piden a las gestantes un consentimiento de su ginecólogo para poder efectuar el vuelo. En los trayectos en avión de más de dos horas, se recomienda que la embarazada realice paseos por el pasillo de la cabina. En el caso de los viajes largos en coche, también deben realizarse paradas frecuentes para pasear.
Disfrutar del verano plenamente es posible y sencillo durante el embarazo, especialmente si se siguen estos consejos. Mantener una dieta sana y variada, pasear, cuidar y proteger la piel y beber abundante agua y jugos son algunas de las pautas que recomendamos para lograrlo
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