La primera noticia para los futuros padres sobre un embarazo gemelar, depara una gran sorpresa ante esta situación especial y normalmente no esperada. Aparece una inmediata inquietud sobre el desenlace final del mismo. Pero desde un principio, se debe transmitir la idea de que la mayoría llegan a buen término si se cuentan con los cuidados obstétricos adecuados junto a la actual atención pediátrica avanzada. El apoyo emocional por parte del profesional médico es fundamental.
Todo embarazo requiere una serie de atenciones para que su conclusión sea satisfactoria. Si se trata de un embarazo múltiple, los cuidados han de ser más intensos: los controles médicos tienen que ser más frecuentes y con unas recomendaciones adecuadas a este caso concreto. Se cataloga de embarazo de riesgo, pues las complicaciones maternas y fetales se incrementan de forma considerable.
Igualmente, debemos informar que las molestias habituales, acidez, estreñimiento, varices, cansancio, serán más precoces e intensas. Son embarazos más agotadores y por tanto el descanso es fundamental.
El cuidado de la alimentación y la hidratación es básico. Se deben incrementar todos los nutrientes, junto a los usuales aportes de yodo, ácido fólico, hierro y vitaminas. Por consiguiente, se aumentan el número de calorías: si la ganancia de peso deseable en un embarazo único es de 12 kg., en el múltiple oscila entre 15 y 20 kg.
El control obstétrico debe ser más frecuente y exhaustivo, especialmente con exploraciones ecográficas seriadas, para evidenciar el adecuado y sincrónico desarrollo de los fetos.
Indudablemente, la situación más preocupante es el riesgo de parto prematuro. Para evitarlo, las visitas al ginecólogo deben ser más frecuentes, especialmente en la segunda mitad del embarazo y conforme progresa el mismo. A partir de estas fechas, se debe recomendar la reducción de la actividad física, incluso cesar en la actividad laboral.
Conforme avanzan las semanas, puede llegarse al reposo domiciliario e incluso el ingreso hospitalario si el riesgo es elevado. En estos casos, se dispone de medicación para disminuir y detener las contracciones que pudieran desencadenar el parto prematuro. Son fármacos que se administran por vía vaginal, oral e incluso intravenosa. También podría indicarse a la gestante, corticoides por vía intramuscular para favorecer y acelerar la maduración pulmonar de los fetos cuando el parto es inminente.
Por último, el apoyo médico junto al de la familia, es fundamental y debe continuar con la llegada de los bebés, especialmente en sus primeros días y semanas. Se sigue recomendando en esta etapa continuar con una adecuada alimentación junto a los suplementos de hierro y vitaminas al menos hasta la revisión postnatal.