Durante siglos, la menopausia fue entendida como un signo de decrepitud para las mujeres, una pérdida de fortaleza al finalizar su innata capacidad reproductiva. Afortunadamente, en pleno siglo XXI, la sociedad comprende que solo es una etapa de cambio.
Hasta ahora, era un proceso natural que sencillamente ‘había que pasar’. Hoy, las mujeres saben que conlleva una serie de alteraciones en su calidad de vida, pero que se pueden aliviar. Por eso, los expertos son testigos de cómo la menopausia es un motivo de consulta creciente.
Hoy las mujeres saben que la menopausia conlleva alteraciones en su calidad de vida, pero que se pueden aliviar.
Para acabar con el tabú, cada 18 de octubre se celebra su día mundial como una forma de concientizar la importancia de la evaluación y prevención en la salud de las mujeres durante este periodo.
Básicamente, la menopausia es el cese definitivo de la actividad ovárica tanto en lo que se refiere a su función reproductiva –esterilidad irreversible–, como endocrina –déficit de estrógenos y progesterona–. No debe confundirse con el climaterio o perimenopausia, la etapa de transición que suele durar entre uno y cinco años.
Sequedad vaginal, sofocos, insomnio…
Un final que no está libre de contratiempos. El declive de las hormonas conlleva la presencia de ciertos síntomas.
La bajada de estrógenos ocasiona sequedad vaginal y disminución del deseo en algunas mujeres, lo que provoca que la vida sexual se vuelva ‘incómoda’. Es más, lleva consigo un mayor riesgo de involución del aparato genital (lo que se conoce como atrofia genital), que supone más infecciones.
Un estudio sobre la atrofia vulvovaginal en cuatro países europeos, concluye que los síntomas de dicha atrofia son frecuentes en las mujeres posmenopaúsicas y que esto constituye un impacto en la calidad de vida y la satisfacción sexual.
La menopausia también se asocia con una tendencia a ganar peso, aunque según los expertos es un aumento de la grasa corporal que tiende a localizarse en el abdomen. Además, uno de los síntomas más peligrosos es el mayor riesgo de osteoporosis y de enfermedades cardiovasculares, como el infarto. Sin olvidar los temidos sofocos.
De hecho, un trabajo sobre alteraciones del sueño y menopausia, subrayaba el incremento de insomnio y otros trastornos en las mujeres posmenopaúsicas en comparación con las que aún no han llegado a este periodo.
Tratamientos hormonales: sí, pero controlados
Los efectos secundarios de la terapia hormonal están muy controlados si se da en la etapa temprana y a dosis bajas. Lo que está claro es que hoy contamos con muchas más herramientas para frenar los síntomas.
El primer paso es establecer cuáles están presentes y en qué etapa se encuentra la mujer. La menopausia señala solo la última menstruación, pero los cambios hormonales abarcan un período previo denominado premenopausia o transición menopáusica, y uno posterior, llamado postmenopausia.
Una vez analizado esto, existen muchas opciones de tratamiento, desde fitoestrógenos hasta administración de hormonas por diferentes vías: oral, vaginal o transdérmica. Además, hay procedimientos específicos para evitar la osteoporosis.
A pesar de ser ideal para las mujeres en la etapa de cambio –cuando empiezan los síntomas–, no es un tratamiento que se pueda poner a cualquier edad. Solo cuando se tienen menos de 60 años o han transcurrido menos de diez desde la última regla y no existen contraindicaciones para su uso.
Mujeres que viven su mejor momento
Más allá de encontrar los últimos y más efectivos tratamientos, es esencial conseguir que la paciente acepte psíquicamente que la menopausia es una etapa fisiológica de la vida. Así se puede evitar que decaiga la actividad sexual, tan importante también en este periodo, ya que es la mejor manera de evitar la atrofia consecutiva al déficit hormonal.
La receta para superar con éxito este periodo: llevar un estilo de vida saludable y aplicar los tratamientos necesarios. Aunque hay variaciones étnicas y culturales en el modo de enfrentar la menopausia, los profesionales deben anticiparse a los efectos y hablarles de los tratamientos para prevenir los síntomas. La mujer en la menopausia representa un porcentaje de pacientes muy amplio y cada vez más concienciado con su salud.
Por eso demandan terapias eficaces. Cada vez existen más consultas especializadas y la investigación en este campo crece. En los últimos cinco años se han publicado más de 10.000 artículos científicos al respecto.
En lo que todos los especialistas de la salud de la mujer se ponen de acuerdo es la importancia de afrontarlo de una forma positiva. Y para ello lo primero es informarse.
La receta para superar con éxito este periodo parece sencilla, acudir a un especialista que conozca bien la etapa; y aplicar los tratamientos que sean necesarios.
La mejor época de la mujer no entiende de edad.