El síndrome premenstrual hace referencia a un conjunto de molestias físicas y psicológicas que comienzan periódicamente varios días antes de la menstraución de una mujer y mejoran cuando se presenta el sangrado.
Aproximadamente el 80% de las mujeres que han alcanzado la madurez sexual sufren las molestias del síndrome premenstrual, aunque los síntomas pueden variar de manera considerable de una mujer a otra. Mientras algunas mujeres experimentan malestar muy leve, el sufrimiento que padecen otras es notable. Hasta la fecha no ha logrado esclarecerse de modo concluyente la forma exacta en que surge este trastorno.
Tan pronto como aparece el sangrado menstrual, las molestias suelen remitir, aunque en algunas mujeres estas se prolongan durante los primeros días de la regla.
Hasta la fecha no ha conseguido aclararse exactamente el origen del síndrome premenstrual. Entre las posibles causas se contemplan por un lado un desequilibrio hormonal (por ejemplo, déficit de progesterona o hipotiroidismo) y por otro una disfunción del sistema nervioso vegetativo.
Además las molestias se ven acrecentadas psicosocialmente por situaciones de conflicto y estrés. También una alimentación incorrecta, la falta de ejercicio o la toma de determinados medicamentos pueden aumentar las molestias relacionadas con el síndrome premenstrual.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas no son igual de severos en todas las mujeres, y además pueden variar de un ciclo a otro. A algunas mujeres les permiten, con mayor o menor esfuerzo, continuar con su vida habitual, pero para otras, especialmente para las aquejadas del trastorno disfórico premenstrual, resulta casi imposible.
Las molestias más frecuentes en el síndrome premenstrual suelen ser las siguientes:
- Cambios de humor: La mujer aquejada de síndrome premenstrual sufre continuos y repetidos cambios de humor.
- Irritabilidad: Las afectadas suelen experimentar irritabilidad con su entorno.
- Hipersensibilidad: Cuando está en pleno síndrome premenstrual, la mujer tiene una sensibilidad mucho más exacerbada, que puede hacer que muestre sentimientos extremos.
- Agresividad.
- Trastornos del sueño: Entre las alteraciones del sueño más frecuentes durante el síndrome premenstrual están las dificultades para dormir o para conciliar el sueño (insomnio) y, al contrario, las dificultades para mantenerse sin dormir (hipersomnia).
- Cansancio.
- Problemas de concentración.
- Letargo: La mujer se siente sin energía para acometer las tareas habituales que en otro momento del mes no le resultan cansadas.
- Miedo: La mujer experimenta falta de confianza en sí misma y aparecen miedos nuevos o antiguos en su mente.
- Depresión.
- Trastornos circulatorios: La circulación sanguínea también se ve alterada.
- Sofocos.
- Sudoración.
- Acumulación de líquido en los tejidos (edemas).
- Tensión mamaria y dolor en las mamas (mastodinia): Las mamas suelen agrandarse durante esto días, provocando dolores y molestias.
- Cefalea.
- Vértigo.
- Acné.
- Opresión en el bajo vientre: La mujer puede notar molestias similares a las contracciones en la zona del útero, así como opresión en el bajo vientre.
- Dolor en el bajo vientre.
- Dolor de espalda.
- Hambre compulsiva: El hambre compulsiva se sacia, especialmente, con hidratos de carbono, dulces y productos hipercalóricos.
- Estreñimiento.
- Gases.
- Sensación de hinchazón.
Recomendaciones.
Las molestias causadas por el síndrome premenstrual solo pueden prevenirse hasta cierto punto, ya que se desconoce su causa exacta y parece que muchos factores inciden en su aparición. No obstante, los síntomas se manifiestan con menor intensidad cuando se reduce a tiempo el estrés, se sigue una dieta equilibrada y se practica suficiente ejercicio.
Por otra parte, el médico puede prescribir anticonceptivos orales que, al evitar la ovulación, pueden ayudar cada mes a la mujer a prevenir estos molestos síntomas.
En ocasiones los síntomas son tan intensos que la mujer necesita también ayuda profesional como psicoterapia. Además, hay que tener en cuenta que cuando los síntomas son tan incapacitantes y extremos que impiden totalmente a la mujer llevar su vida normal, estaríamos hablando de otra patología: trastorno disfórico premenstrual, que precisa de otro abordaje farmacológico y médico.