Ante el diagnóstico del cáncer es fundamental que los pacientes sientan que recuperar sus planes y sus sueños tras la enfermedad es posible. En el caso de pacientes jóvenes, en edad reproductiva, uno de estos deseos es tener hijos y formar su propia familia.
Algunos tipos de cáncer y los tratamientos para luchar contra esta enfermedad pueden comprometer la fertilidad tanto de manera temporal como permanente. Sin embargo, la ciencia médica avanza y surgen nuevas técnicas que permiten poner solución a este problema.
Este método de preservación ovárica se basa en el descenso de la temperatura de forma drástica y muy rápida hasta los -196 grados. Para evitar alterar las características estructurales del ovocito y así alterar su viabilidad, se utilizan altas concentraciones de crioprotectores para deshidratar la célula.
Los óvulos vitrificados se conservarán en nitrógeno líquido hasta que la mujer decida que ha llegado el momento idóneo para ser madre y esté preparada para comenzar el tratamiento de fecundación.
La vitrificación nos permite disponer de óvulos sanos y con la “edad genética” que se tenía antes de iniciar el tratamiento contra el cáncer.
Preservar la fertilidad en niñas es algo más complicado y con más limitaciones que en el caso de mujeres adultas. Vitrificar óvulos en este tipo de pacientes no es posible puesto que todavía no han alcanzado la pubertad. La alternativa más adecuada parece ser la criopreservación de corteza ovárica.
Esta técnica consiste en extraer y congelar una pequeña porción de corteza ovárica con el fin de preservarla. Posteriormente, cuando la niña ha superado el tratamiento oncológico, la corteza se reimplanta sobre el ovario remanente, consiguiendo así mantener la función hormonal ovárica normal y por tanto preservar su fertilidad.
Maduración de óvulos in vitro
Estos óvulos se mantendrán criopreservados hasta que la paciente decida tener descendencia. En ese momento se realizará la maduración in vitro (en el laboratorio) permitiendo con ello que adquieran la capacidad de ser fecundados y de generar embriones aptos para ser transferidos a las futuras madres.
Al igual que en las mujeres, también los hombres con cáncer pueden criopreservar su esperma antes de iniciar el tratamiento oncológico, se examina su calidad seminal y se mantiene la muestra en óptimas condiciones hasta que sea el momento de la fecundación.
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